Nos hemos trasladado

noviembre 24, 2007

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Te esperamos en la nueva dirección

Canto a dos voces

noviembre 15, 2007

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

Mario Benedetti

 

          Cuando me besas, nos visita esa luz preñada de

universo y respiramos el perfumen del cielo.

Lanzamos redes a los días

          y sueños a los vientos.

 

          Cuando me besas, la luna se asoma a su atalaya de

jaspe y canta músicas fugitivas.

Libres se rescatan nuestras soledades

          porque no somos uno.

 

          Mi amor, tú sabes que somos dos

          cuando me alcanzas con tus manos de fuego.

 

          Tu soledad se adentra en la mía

          para desenredar la vida.

 

          Y amarrando encuentros

          cabalgamos en olas de mares infinitos.

 

          Cuando me besas, anuncia la mañana su ocioso regreso

proclamando descuidos.

          Impacientes se desanudan nuestras soledades

                    porque no somos uno.

 

Complicidad

 

fotografía: níguez.com

 

Los amores góticos

noviembre 13, 2007

 

Y cuando en los sueños te pierdo…

¿qué puedo hacer?

¿desplegarme por la Tierra y adentrarme en los mares

dejándome arrastrar hasta el firmamento?

¿escribir versos de amor olvidados?

¿caminar con ceniza y polvo en los zapatos?

0 ¿sorprender a Dios con mis preguntas?

 

Preguntas a Dios

 

fotografía: niguez.com

 

A Galileo Galilei

noviembre 8, 2007

In memoriam

A todos los hombres que se adelantaron a su tiempo.

 

          Copernicano dios de las estrellas

deja que llore tu desgracia.

          De rodillas, abjurando de la Tierra

el movimiento y su fatiga.

          Cómo de tanta ceguera consolarte

cómo redimir tanta soberbia.

          Déjame acompañarte en tu infortunio

toma mis ojos

 

                         y engrendra de nuevo la luz.

 

          Copernicano dios de las estrellas

deja que llore tu desgracia.

          De rodillas, abjurando del Universo

su inmensidad, del Sol su majestad.

          Cómo acallar tanta ignorancia

cómo liberarte de las sombras.

          Deja que me una a tu calvario

toma mi rebeldía y grita con tu voz oceánica:

 

                         ¡y sin embargo, se mueve!

 

Harmonicus

fotografía: niguez.com

 

Galileo Galilei

 

Elogio al paso del tiempo

noviembre 6, 2007

 

                                         Somos:

monosílabos de arena descendiendo,

azules atrapando los verbos del recuerdo,

la vida acariciando el pasado con esmero.

 

                                       Somos:

el horizonte silencioso que sucede

y nos despierta disparando besos,

a nuestros labios viejos.

 

Vida vivida

 

fotografía: niguez.com

 

Los tres sueños de la razón

octubre 30, 2007

Capítulo I: París bien vale una misa 

PARÍS SE PREPARABA PARA LA CORONACIÓN DE MARÍA DE MÉDICIS, QUE TENDRÍA LUGAR  EN LA BASÍLICA DE SAINT-DENIS el día 13 de mayo del año del Señor de 1610, durante la tregua de la guerra que se reanudaría en 1618 continuando hasta 1648, conocida como la de los Treinta Años. El día se despabiló con una luz lenta y asoleada, comprometiendo a la primavera parisina con un viento sedoso y, sin embargo, frío.  Las fogatas a punto para arder durante la noche aún dejaban presentir  entre sus brasas la ebria vigilia que la ciudad vivía allí junto a los mansos,  los desventurados, los jugadores, los camorristas y los amigos de lo ajeno, que  utilizando el encubrimiento que alberga la lobreguez se afanaban en sus menesteres poco declarables. Espontáneamente les sorprendió el crepúsculo matutino arrebujados entre jergones  hediondos y, a cielo abierto, la canalla trataba de componérselas con el apaño de sus harapientos ropones que les procuraban el ocultamiento del saqueo.  

Entre el hedor de los semejantes y el fluido de las deyecciones, los maleantes parecían aviarse con maestría, y, por intuición secular, todos los  tarambanas rehusaban el agua y  se  apegaban al vino sin perder de vista el estilete o el puñal. La vida no tenía valor para la rufianería,  ya que no se podía trapichear  con ella. Los objetos y el peculio,  por el contrario, eran muy valorados por la chusma, que sabía que tras adueñárselos les podían proporcionar un itinerario de sabrosos bocados que zamparían con glotonería desmedida.

Capítulo I completo: pincha aquí

Paris bien vale una misa

…»en todos los círculos se hablaba de las infidelidades de Enrique de Navarra hacia la fe católica; de hecho, se afirmaba sin titubeos que ya lo había anunciado en Saint-Denis el 25 de julio de 1593, durante el acto de abjuración canónica de las herejías protestantes, que debió acometer, por segunda vez, para acceder al trono de Francia. La memoria social, ayudada por el gregarismo que procura la murmuración, descifraba el engaño en el instante en que el futuro rey manifestó públicamente: ¡»París bien vale una misa»!, era incuestionable, ante sus alegatos, que de este modo Enrique IV había anunciado en su declaración que los asuntos gubernativos relegarían al acervo religioso del reino.

En los últimos años los impuestos provocaron aceradas revueltas, el pueblo francés se negó a pagar lo que había dispuesto Sully, mano derecha del monarca. Para más ironía, aún a sabiendas de sus circunstancias, se afirmaba adrede y con intención maledicente que el Rey y la Reina gastaban grandes sumas en sus amantes y en el juego, y que  las monedas de oro y plata, por su causa, se habían ausentado de Francia. El Rey ya había obtenido el acuerdo de anular su primer matrimonio, con Margarita de Valois, en el Tribunal de Roma, componiendo una circunstancial boda favorable con la católica banquera florentina María de Médicis, que se suponía fecunda. Lo era…»

Capítulo I completo: pincha aquí 

¡Paris bien vale una misa!

fotografía: niguez.com

Continuará…

La Noche Estrellada de Van Gogh

octubre 25, 2007

Yo me celebro y yo me canto,

Walt Whitman

 

Pinta el loco colores de luna,

pinceladas de aire y trazos de niño.

Y me envuelve en su galaxia,

donde todo es infinito, serpenteante y mudo.

 

El loco, no atiende al espejismo de los ojos,

hace posible lo irreal.

Y me traslada con su mirada de azules y amarillos,

a otra nebulosa, a otra noche, a otra tierra.

 

El loco, cubre la piel, una y otra vez,

para que me roce las mejillas al mirarla.

Y de juguete parece el pueblo azul,

pintado bajo la noche rota y encrespada.

 

Llora el loco en las cárceles de la voluntad,

lágrimas aciagas. Impresiones talladas.

Y el lienzo se mezcla en desvarío

con la virtud del delirio

               para crear los agujeros negros

                                       de su Noche Estrellada.

 

Entre tanto, pinta el loco la verdad

                                distraída por el alma.

 

Amarillo buscando un cielo

 

fotografía: niguez.com

 

Van Gogh

La obra: Noche Estrellada

 

 

El Galeón de los suspiros

octubre 23, 2007

 

Si de esta pasión no aprendemos: merecemos la derrota.

La rendición será la enseña de los poemas no escritos,

a pesar de las fantasías y de las lluvias sobre el mar.

Con grilletes, atadas nuestras manos,

evitando las uniones.

 

Si este frenesí lo forjamos decoroso: merecemos la derrota.

Bogando al son de la convivencia de aquellos que son libres,

de sus falsedades seremos cautivos.

A pesar de la misericordia de los dioses,

se oxidarán las argollas que nos encadenan.

 

Si este amor lo urdimos virtuoso: merecemos la derrota.

Esclavos de otras conciencias, de otras vidas prisioneros;

a pesar de los empeños el vasallaje aconsejará al ánimo,

las cadenas se alzarán en estandarte,

y no forjaremos los espejismos de los besos.

 

Si de este fervor no tejemos plenilunios: merecemos la derrota.

No acertaremos a sentir el viento en el velamen,

rehenes de nuestras incertidumbres

extraviaremos el delirio irremediable.

Y jamás conoceremos el sabor de la victoria.

 

Jarcias enamoradas

 

fotografía: niguez.com

 

El perfil de las sombras

octubre 18, 2007

 

En tu ausencia

me baño en aguas de silencio

y en ese fervor suave

de la espera;

me sumerjo

en los coros de la pleamar

e invoco plegarias

por volverte a ver.

 

Estremecimientos errantes

conjuran delirios con lo crédulo,

arrecifes celestiales

enamoran el roce

de los besos que no fueron,

de los besos que no son,

y el viento solfea proclamas

por volverte a ver.

 

Me rodean tus huellas

arrancando recuerdos mudos;

dudo entre amarte

y esa inapelable voluntad por impedirlo;

se revisten las ausencias

de esperas infinitas

y de sosiegos tenues

por volverte a ver.

 

Son las esperas de la vida:

misteriosas,

como la adivinación,

gozadoras,

como los paisajes,

hirientes,

como el dolor vagabundo

de ese volverte a ver.

 

Un sabor a rocas nos envuelve

que sólo los instantes comprenden;

tatuajes clandestinos se desgarran

vehementes y ajenos,

tirita mi corazón

con el fervor suave de la espera,

y de ese abandono solícito

por volverte a ver.

 

Encuentros

fotografía: niguez.com

 

Historia de una ciudad

octubre 16, 2007

 

Los adioses sin ciudad

          son como las melancolías:

                    que aman lo que no poseen.

 

Una ciudad sin adioses

           no tiene enamorados

                    ni tristezas, apenas tiene cielo.

 

Una ciudad sin cielo

          no tiene luces

                    ni apagones, apenas tiene azules.

 

Una ciudad sin azules

          no tiene corazón

                    ni historia, apenas es una ciudad.

 

Las ciudades sin adioses

          no tienen despedidas

                    ni reencuentros, apenas tienen lluvia.

 

Una ciudad sin lluvia

          no tiene arco iris

                    ni charcos, apenas tiene vida.

 

Una ciudad sin vida

          es un muro de silencios

                    donde nadie se mira.

 

Mirada de dos

fotografía: niguez.com