Los desastres de la guerra

octubre 11, 2007

Pido la paz y la palabra

Blas de Otero 

 

Invade las puertas de la vida,

          rompre la inocencia de la noche.

                    Hace de la ignorancia un credo

                              y a quemarropa mata a enemigos invisibles.

 

En el taller de Goya ya no hay tapices,

          ni cuadros de corte, ni amantes.

                    Todo es negro y fuerte,

                              sucio y sordo como la barbarie.

 

Hay dolor en España.

          un dolor incapaz y rabioso.

                    Un dolor de cuchillo y bayoneta

                              de profanaciones y de sangre.

 

Declara el pintor sus horrores

          ante las bastardas luchas de los hombres.

                   No encuentra la quietud porque ya sabe

                              que no por haber vencido se ha ganado.

 

La tragedia afrenta a la conciencia

          en escaramuzas analfabetas.

                    Los campos yermos hacen

                              del hambre su aliada sediciosa.

 

Desnudos de juicio,

          los instintos se apoderan de la venganza.

                    La realidad produce monstruos

                              que no son sueños de razón.

 

El pintor los graba en aguafuertes

          con la esperanza de construir otra España.

                    Para que no puedan olvidar

                              los hombres todos.

 

El Rey deseado, el Séptimo de los Borbones,

          castiga y olvida con vehemencia.

                    La soberbia lo inviste

                              de un corazón de piedra.

 

Habrá más guerras.

          Y con sus delirios, solo y desahuciado

                    va el pintor a morir en otra tierra

                              a conquistar la cima de otra aurora.

 

 

Miedo

 

fotografía: niguez.com

Francisco de Goya

Los desastres de la guerra

 

 

Apolo y Dafne

octubre 9, 2007

 

Soltamos amarras,

nos entregamos

a infalibles deleites: a los asombros.

Fondeamos bajo luces reclinadas

en las bahías de los agrados.

Rumbo al otro lado del mar

navegando por lapislázuli,

buscando besos

sin repatriación,

besos de luna.

 

Melodías antiguas

coreaban invisibles caracolas,

desnudando noches en las huellas de las olas.

Obstinados abrazos,

ahogaron los pensamientos de los ojos

entre mirada y mirada.

Derramadas en arco iris las tormentas,

silenciaron la severidad de las voces y,

nuestras manos juiciosas

se abrieron a las lluvias de los gozos.

 

En los arrecifes carmesíes

encallaron los navios cargados

de austeros deseos.

Zozobraron los miedos,

las lógicas y las excusas.

Y, fue entonces cuando

los atributos del amor

enlazaron nuestros cuerpos

en inacabables caricias

de viento y de sal.

 

Rumbo al horizonte

fotografía: niguez.com

 

El oráculo

octubre 4, 2007

 

Su voz era áspera y sedosa,

con tonalidades de apremio

que sonrojaban el alma.

Era una voz insistente,

como de incienso,

reposada en el abismo de los arcanos.

 

Su voz era el fuego

donde ardían los desalientos.

Era el precepto de lo justo

el edicto de lo bello.

El tañir de las campanas

del ánimo.

La ideología del verbo,

la placidez del discurso.

 

Su voz era el viento

de mis batallas.

La elegía del amor.

La aventura de lo irreal.

el reclamo de lo benévolo.

 

Era una voz clandestina y conversada;

de ella brotaban las sabias profecías de los naufragios,

los versos de los desiertos,

los salmos y las plegarias

de las catedrales y de las mezquitas,

los cantos y los silencios

de los presos y de sus carceleros.

Era la voz de las calles y de las esquinas,

de los bohemios y de los burgueses.

Su voz era el elogio de la vida y,

la vaguedad de la muerte.

 

Pentagramas para Dios

fotografía: niguez.com

 

El canto de las ausencias

octubre 2, 2007

 

Me faltas tú, la noche y su ofrecimiento,

sin ti el alma toda me sobra.

Un lamento solitario se esconde,

sin ti el viento sopla taciturno.

 

Me faltas tú, el día y sus esperanzas,

sin ti la vida toda me sobra.

Un llanto de dentelladas abatidas agoniza,

sin ti el mar furioso enloquece.

 

Me faltas tu, el sol y su áureo sosiego,

sin ti la risa toda me sobra.

Un suspiro de amargura desarraiga las lujurias,

sin ti los acantilados se desprenden.

 

Me faltas tú, las olas y su suplicante regreso,

sin ti la belleza toda me sobra.

Un sollozo de bálsamos impudentes acontece,

sin ti la bruma asedia el paisaje.

 

Me faltas tú, la lluvia y sus versos de estío,

sin ti la piel toda me sobra.

Un gemido de ruindades me amenaza,

sin ti las tempestades sitian mi vida.

 

Caminos sin huellas

fotografía: niguez.com

 

 

La rutina

septiembre 27, 2007

 

                                           Con el orden de cada día

                                           no hay peligros de rebeldía

                                           no hay azares prohibidos,

                                                              /no hay desánimos.

 

Se establece por decreto la alegría

nos reímos al son de los necios

y nos confundimos entre acordes

                                         /de monotonía.

 

Se inaugura la victoria de lo obtuso

nos procuramos alabanzas

y algarabías entre los escombros

                               /y los abusos.

 

                                         Con el orden de cada día

                                         no hay peligos de rebeldía

                                         no hay azares prohibidos,

                                                  /no hay desánimos

 

Establecido el precepto

           obedientes, vamos muriendo

                                sin saber quiénes somos y

                                                     sin miramientos.

 

Cautividad

fotografía: niguez.com

 

 

Boceto para las flores del mal

septiembre 25, 2007

 

Se esmera el tiempo

          sobre los lienzos,

                    obras sinceras que no perfectas,

                              sinceras como protestas.

 

Manet, incomprendido

muestra y contempla

la tolerancia del color

como un amante insomne.

 

Manchas embrolladas

          que en la distancia

                    obran el milagro

                              de lograr vida.

 

Mirar un cuadro

es ahora un dolor vano,

un imprevisto que busca

cómplices en el mundo.

 

Baudelaire, esperaba

          un viento huracanado

                    que mezclara en nuestros ojos

                              la marchita esperanza de las formas.

 

Colores prestados

fotografía: niguez.com

Édouard Manet

Les Fleurs du mal (Las flores del mal) poemario de Charles Baudelaire

 

 

Los Atlantes

septiembre 20, 2007

 

Pesadamente y maniatados

sostenéis la Tierra desde todos los tiempos;

cincelados en piedra con una pátina

consternada, enmohecida y distante,

barruntáis el delirio de los dioses.

 

Nadie os encomienda el alma, sin embargo.

 

Vosotros: Atlantes, con vuestos músculos pétreos,

con vuestra espalda de esfuerzo,

con vuestras manos de prédica,

componéis las mareas,

los terremotos y los tifones del mundo.

 

 

Nadie os encomienda el alma, sin embargo.

 

¿Quién os mandó tan despiadado trabajo?

¿Por qué vuestro destino es estático y redondo?

¿Dónde dejasteis los caminos de la Vía Láctea?

¿Aplazáis las impaciencias por conocer otros elípticos rumbos?

¿Acaso vivís de extravío y silencio?

 

Declamad a los hombres vuestra jerga de fatiga

y proseguid velando el giro de la Tierra.

 

Los AtlantesEl peso de la eternidad

 

fotografía: juanahernandezconesa.com

 

Los días

septiembre 18, 2007

Los días son los arcanos

del movimiento.

Fabuladores, traidores,

como si acoplados

en el tiempo de un te quiero,

compusiesen tristezas

en el caminar de los quizás.

 

Los días son los sigilos

de la desnudez.

Delatores, quiméricos,

como si inventados

en los instantes de un adiós,

ofreciesen auroras

en el filo de las amarguras.

 

Los días son frágiles,

de un azul algodonado.

Despiertos, derramados,

como si aposentados

en las horas de un después

vertiesen topacios

en las sombras de Dios.

 

El trabajo del mar

 

fotografía: niguez.com

 

 

Trótula

septiembre 13, 2007

A todas las mujeres que hicieron del tiempo una verdad.

 

          He aquí un lugar de sombras

un ámbito para las mujeres prohibido.

Un dictamen resignado

un saber a la vida negado.

 

          He aquí la Escuela de Salerno

el coraje de Trótula.

Las sabias mujeres

aciertos de una época desposeída.

 

          He aquí una isla en medio de la Tierra

una aventura no presagiada.

Cincelando mañanas de lluvia

en pretéritos de noches gélidas.

 

          He aquí un reino entre tinieblas

mujeres que rasgaron sedas ignorantes.

Componiendo asombros

entre los hombres de Ciencia.

 

 

Cincelando ideas

 

fotografía: niguez.com

Trótula de Salerno

 

 

Los asombros de la noche

septiembre 11, 2007

 

Abrigando tibiezas y razones hemos roto los sueños de

los vientos.

 

                                                            Hemos roto los besos

          se han quebrado las voces y han brotado tertulias de

arrecifes junto a las noches marinas.

 

                                                             Hemos roto los besos

          y un murmullo de olvido se ha enredado entre tu tiempo

y mis olas.

 

                                                            Hemos roto los besos

          y un eterno destierro, que abomina misterio, nos ha

legado una sombra sin astros.

 

Viento invisible

fotografía: niguez.com